Benissa

Cuando uno se acerca a Benissa, lo primero que distingue es su blanca Iglesia, perfectamente iluminada de noche, y que ha sido denominada la Catedral de la Marina Alta. Fue construida en los «felices años veinte» por mano de trabajadores y piadosos hijos de Benissa. Se puede recorrer el pueblo partiendo del Ayuntamiento, antiguo Hospital para los Pobres, desde aquí se pueden contemplar los magníficos huertos de cítricos así como el origen del camino que los antiguos ribereños (trabajadores que emigraban de Benissa para la recolección del arroz de la ribera Valenciana) utilizaban para marcharse. Por la calle Purísima se puede contemplar el enrejado de forja en los balcones llenos de flores, y las casas blancas y blasonadas.

Normalmente son calles estrechas y poco transitadas que nos dejan tranquilidad para contemplar sitios emblemáticos de la localidad como son la Casa de la Cultura o la Lonja de Contratación, edificio más antiguo de Benissa y en el que se ubica el Museo Etnográfico. Alrededor de la antigua cárcel se encuentra el cogollo medieval de Benissa.

El término municipal no ha sufrido una gran especulación urbanística con lo que sus 4 kms. de costa tienen pequeñas y recoletas playas como la Fustera o la Cala Pinets, L´ Advocat o La Cala Baladrar. Se puede hacer una excursión marítima por ellas o practicar deportes acuáticos como el submarinismo o la pesca.

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